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La noche en la Euskal Encounter, un akelarre digital

Son las diez y veintidós minutos. Mae, la voz dulce de la organización de la party vasca, anuncia uno de los momentos más esperados por los asistentes, la hora de apagar las luces del pabellón 5 de la feria. Desde la balconada, las cámaras de video intentan inmortalizar el instante. Es un momento mágico reconocen Raúl y Nacho, dos jóvenes de Zaragoza que llevan seis años sin perderse el acontecimiento informático más importante de Euskadi y el más rápido de Europa.

Las luces pierden fuerza poco a poco, progresivamente, como una madre que arropa a su pequeño. Y es cuando surge el milagro. La foto que todos buscan. Las más de 4.000 pantallas de ordenador iluminan el atrio, como luciérnagas en un bosque tecnológico de cables y bits. Pero el niño es rebelde y no quiere irse a dormir porque sabe sino, que la fiesta comenzaría sin él.

Los improvisados lechos de la zona dormitorio permanecerán desiertos aún unas horas más. Es el momento en el que las criaturas de la noche se preparan para el aquelarre informático. Los sortilegios digitales que surgen de los dedos se manifiestan en el escenario en forma de trabajos de animación en 2D y 3D, composiciones musicales y todo tipo de demostraciones ante la atenta mirada de los asistentes. Los conjuros se mezclan con improvisados y absurdos torneos como lanzamiento de avionetas de papel y Air Guitar al son de la canción del malogrado cantante norteamericano Rick Astley, Never gona give you up.

Otros hechizos nocturnos llegan disfrazados de partidas multitudinarias online, donde los avezados participantes buscan la gloria entre los suyos deshaciendo los botones de sus mandos y desencajando las teclas de sus ordenadores. Mientras avanza la noche, los faunos cibernéticos hacen acto de presencia participando en divertidas pruebas.

Pero cuando las cosas nos salen como las pequeños seres quieren, montan en cólera sana, levantando por los aires sus asientos de plástico revindicando lo que más quieren, una conexión a Internet sin fallos. Todo ello en un marco incomparable donde la juerga es la máxima protagonista sin espacio para las malas intenciones.

Poco a poco llega el alba y los primeros rayos de sol que se filtran al interior del BEC alertan a las criaturas nocturnas de que el nuevo día ya está aquí. Los más cautelosos vuelven a la tranquilidad que les proporciona su lecho. Otros prefieren montar guardia en sus puestos informáticos acurrucados y arropados con mantas, tal vez con la esperanza de que la nueva jornada les traiga más aventuras.

Más detalles sobre el autor

Digital Marketing y Comunicación por el día; cronista del videojuego vasco por las noches. Léeme en la revista RetroGamer y en www.videojuegosvascos.com Twitter: @julenzaballa Instagram: Julen_Zaballa